La panna cotta comenzó a popularizarse en los años 60 en Italia. Hasta entonces, el postre solo se consumía en la zona del Piamonte y por supuesto, no se incluía en las cartas de ningún restaurante de postín. Era un dulce casero que preparaban las madres y abuelas, y solo se tomaba en casa. Sin embargo, a partir de esa fecha y sin ninguna explicación aparente, el consumo de panna cotta se disparó en todo el país y poco a poco comenzó a extenderse por todo el mundo.
Hoy en día, es uno de los postres italianos más conocidos y consumidos del planeta. Su sabor neutro marida a la perfección con cualquier ingrediente dulce que se nos ocurra: fruta fresca, mermeladas, siropes, toffee, frutos secos, café… y cómo no, chocolate.
Si te atreves a emular a sus cocineros, aquí te dejamos la sencilla receta:
INGREDIENTES para 4-6 personas: ½ litro de nata para montar (mínimo 35% de materia grasa), 200 ml. de leche, 120 gr. de azúcar, 1 sobre de gelatina neutra en polvo (10gr.) o 6 hojas de gelatina neutra y Nutella al gusto.
ELABORACIÓN
- Llevar a ebullición la nata con el azúcar y apartar del fuego cuando rompa el hervor.
- Calentamos la leche y disolvemos en ella los polvos de gelatina. La añadimos a la nata aún caliente y mezclamos bien. Si vas a usar hojas de gelatina primero hidrátalas en agua fría durante 10 minutos para después diluirlas en la leche caliente.
- Removemos para integrar bien los ingredientes y colamos la mezcla.
- Colocar en moldes individuales y enfriar en la nevera un mínimo de 3 horas aproximadamente hasta que esté bien cuajada.
- Antes de servir, añadimos una cucharada generosa de Nutella y a disfrutar.