La salud es lo primero y, por este motivo, cada vez son más las personas que se privan de ciertas sustancias perjudiciales como azúcares y grasas, sobre todo en verano. En concreto, las vacaciones resultan ser ese momento en el que las preocupaciones se apartan y las dietas se olvidan. Las comidas familiares fuera de casa o los picoteos a deshora suelen ser la mejor manera de disfrutar de los días libres. Es por ello que las excursiones con los niños obligan a reinventar las largas horas de ocio y, para ello, las golosinas 0% azúcar y grasas, son el acompañamiento ideal para no preocuparse por grasas ni azúcares.
La época estival es la más propicia para los excesos ya que nos olvidamos de horarios y tareas cotidianas. El tiempo se estira y con ello nuestra alimentación, que pasa a ser algo más ligera pero que conlleva más caprichos de los habituales para refrescarnos; helados, bebidas, aperitivos en la piscina, barbacoas o salidas familiares con las que distraerse acostumbran a ser parte fundamental de cualquier tipo de vacaciones. Y entre todas estas opciones, el azúcar y las grasas son, sin duda, los peores enemigos para nuestra salud, para lucir cuerpo en las playas o para visitar más de lo deseado al dentista.
Los alimentos ricos en azúcares libres y grasas perjudican seriamente la salud
Los alimentos ricos en azúcares libres y grasas perjudican seriamente la salud de los más pequeños de la casa y el sobrepeso en edades tempranas tiene un alto riesgo. Por ello, la mejor opción para complementar las tardes de juego o las mañanas en el agua son las golosinas ‘sanas’ entre las que destaca la pionera marca en este sentido Yummeat, un capricho dulce para saborear también en verano, sin azúcar y sin grasas. Con cinco variedades de golosinas, los diferentes colores y sabores que ofrecen harán las delicias de los niños.
Gracias a su formato cómodo y a su diseño de tarro, los diferentes packs ofrecidos pueden transportarse fácilmente y caben en cualquier cesta de picnic familiar organizado en la arena o en la mochila, con el resto de alimentos del día. Un postre, una animada merienda o un picoteo a media mañana; Estas golosinas se adaptan a cualquier horario y a cualquier edad, convirtiéndose en un alimento divertido para los más jóvenes, acompañado de la tranquilidad de los padres.