Son Bunyola y el festín eterno del Mediterráneo

Dos experiencias culinarias imperdibles en Mallorca que reinterpretan la historia a través del paladar
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En la costa más noble de Mallorca, donde las olas susurran secretos a las encinas centenarias y el viento acaricia las paredes de piedra con la ternura de un recuerdo, Son Bunyola Hotel & Villas emerge no solo como un refugio de lujo, sino como un templo donde la gastronomía se convierte en narrativa, territorio y celebración. Esta temporada, su propuesta culinaria no solo se renueva: se eleva, se ensancha y se adentra en lo más profundo de nuestras raíces mediterráneas.

Una finca histórica, dos almas culinarias

Entre los muros centenarios de una possessió del siglo XIII, ahora magistralmente restaurada por Virgin Limited Edition, nacen dos experiencias que dialogan entre pasado y presente: Sa Terrassa, una oda a la cocina internacional con acento local, y Sa Tafona, un viaje sensorial a través del tiempo y las culturas del Mediterráneo. Dos cartas distintas. Dos escenarios. Una sola filosofía: el respeto absoluto por el producto, el territorio y la historia.

Sa Terrassa, el alma cosmopolita de Mallorca

En el corazón del hotel, Sa Terrassa vibra con una propuesta que podría resumirse en tres palabras: proximidad, sofisticación y diversidad. La chef ejecutiva Brenda Lisiotti ha reformulado la carta de almuerzos y cenas sin renunciar a lo esencial: el producto mallorquín de calidad suprema. Gamba roja, cordero de la isla, hortalizas del propio huerto y referencias tan locales como el jamón de bellota o el buey del Valle del Esla.

Pero esta no es una carta estática, sino un atlas de sabores donde el ceviche convive con el salmorejo, el tataki se hermana con el tajine, y un wok asiático encuentra lugar al lado de unas croquetas bien hechas, de las que abrazan el alma.

“Lo nuestro es cocina viajera con raíces profundas”, nos comenta Lisiotti. Y no exagera.

En la sección de postres, la creatividad se desborda. ¿Un brioche infusionado en palomitas y naranja? Sí, y lleva helado de caramelo salado. ¿Una tartaleta con crema de lima, albahaca y leche merengada? También. Aquí el final de la comida es una fiesta fresca y cremosa.

Todo ello maridado con una bodega de más de 120 etiquetas, muchas de ellas mallorquinas, que pone en valor la viticultura local con referencias nacionales e internacionales.

Y por si el sabor no bastara, el entorno lo subraya todo: desde el comedor con vigas de madera y un retablo rescatado de una antigua capilla, hasta la terraza con vistas al mar y a las montañas de la Serra de Tramuntana, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Sa Tafona, el Mediterráneo como nunca lo habías saboreado

Pero si en Sa Terrassa todo fluye como un paseo por los cinco continentes, en Sa Tafona la propuesta es más audaz: un laboratorio histórico-gastronómico que nos hace viajar miles de años atrás, cuando los imperios griego, fenicio o romano sembraban de especias, técnicas e ingredientes toda la cuenca del Mediterráneo.

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De izquierda a derecha, la directora de los restaurantes Marta Pellicer y la chef Brenda Lisiotti

Junto a Marta Pellicer, directora de los restaurantes, Brenda Lisiotti ha diseñado dos menús degustación —uno de cinco pasos y otro más extenso, de siete— que reconstruyen recetas tradicionales con técnicas contemporáneas, elevando cada plato a una experiencia sensorial única.

Aquí el comensal puede probar una caldereta de langosta reinterpretada, un burek de puerro que evoca la antigua Yugoslavia, o una codorniz cocida en arcilla, como se haría en el norte de África. Todo con productos sostenibles, frescos y de origen local o cuidadosamente seleccionados.

Donde cada detalle cuenta

Sa Tafona se ubica en la antigua almazara de la finca, y no es casualidad. Todo en este restaurante está pensado para rendir homenaje a la historia del lugar y a la cocina mediterránea en su forma más pura. Desde los vasos de cristal soplado de Lafiore, hasta la vajilla diseñada en exclusiva por Paula Chacartegui con materiales reciclados de antiguas construcciones de la isla.

Este cuidado llega hasta el plato estrella de la vajilla: una greixonera reinventada, que no solo es bella, sino que conecta con la memoria culinaria compartida entre Mallorca, Grecia o Turquía.

Información práctica y cómo reservar

Ambos restaurantes están abiertos al público (no es necesario alojarse en el hotel para disfrutarlos) con horarios flexibles:

  • Sa Terrassa: almuerzo y cena todos los días (13:00–16:00 y 19:30–22:30). Precio medio: desde 90?€ al mediodía y 190?€ por la noche.
  • Sa Tafona: cena de jueves a lunes (19:00–22:00). Precio medio desde 150?€ por persona.

Puedes hacer reservas a través del sitio web oficial de Son Bunyola Hotel & Villas, donde también encontrarás más información sobre experiencias, estancias y actividades en la finca.

Un destino que es mucho más que un hotel

Son Bunyola Hotel & Villas no es solo un hotel. Es un legado, un paisaje, una experiencia. Y su propuesta gastronómica para 2025 consolida su posición como uno de los grandes referentes del lujo sostenible, la alta cocina con alma y la hospitalidad mediterránea. Un lugar donde comer es viajar, recordar, celebrar.

Y si aún no has estado, es hora de marcarlo en el mapa.

J. Fernández Ortega

Foto-Periodista especializado en politica, cultura y tendencias. Director de todo esto ( lasiestamagazine.com ). Vivo cerca del paraíso, escribo bajo la mirada de un objetivo, juego cabalgando sobre la luz, viajo para nutrirme de colores y siempre con poco equipaje.

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