Los aceites vegetales son sustancias extraídas de distintas partes de las plantas, como flores, semillas, maderas, raíces, resinas y cáscaras de los frutos. Son ricos en vitaminas, minerales y ácidos grasos poliinsaturados, que suponen un extraordinario aporte de nutrientes en la piel. Estos aceites han sido utilizados a lo largo de la historia de la humanidad, no sólo por sus propiedades para mantener la piel en buen estado, sino también para prevenir su envejecimiento prematuro y por sus cualidades excepcionales para hidratar, nutrir y regenerar la piel.
Las plantas elaboran los aceites esenciales con el fin de protegerse de las enfermedades, ahuyentar insectos depredadores o atraer insectos benéficos que ayudan a la polinización. Los aceites esenciales son mezclas de carias sustancias biosintetizadas por las plantas, causantes del aroma característico de algunas flores, árboles, frutos, hierbas, especias y semillas. Se trata de productos intensamente aromáticos, no grasos (por lo que no se enrancian), volátiles por naturaleza (se evaporan rápidamente) y livianos, poco densos e insolubles en agua y solubles en alcohol, grasas, ceras y aceites vegetales, que se oxidan por exposición al aire.
La utilización de estos aceites naturales en diversos tratamientos y terapias es recurrente, pues permiten hidratar y regenerar la piel, devolverle la elasticidad, nutrirla y suavizarla, además de ser una base perfecta para poder disfrutar de sus ventajas sin ningún riesgo.