Cierto es que todo empieza antes de que suceda. Lo que precede al colapso es lo que debería realmente captar nuestra atención. Para enfrentarnos al hoy y preparar el mañana. Pues, en cualquier momento, todo puede petar 🙂
Muchos y muchas son los que reconocen la obra de Grip Face por la calle. La evolu- ción de su lenguaje es un hecho constatable, sobre todo, en sus exquisitos cuadernos. Su iconografía se ha ido depurando con los años, presentándose agrupada en saturadas imágenes o desmembrada en aparente y aislada desconexión.
Precollapse aglutina tres de sus elementos iconográficos más recientes: la máscara, el muro y la basura. Los tres suponen imágenes ambiguas, confusas entre ellas y para cualquiera de nosotros. Metáforas clásicas y aparentemente fáciles (y quizá por esta misma razón pasen desa- percibidas) para referirnos al individuo, sus límites y a todo aquello que vamos generando. Llevando máscara corremos el riesgo de que esta se confunda con nuestra propia cara o, peor aún, que esta nos acabe representando más que nuestro propio rostro.
Pero, ¿acaso no hemos aprendido a lidiar con cada una de las situaciones que nos acechan? Aun así, un muro no es percibido igual por todas y todos los que ante él se sitúan. Como la máscara, puede estar o no estar. Si la pared es una construcción vertical que sirve para dividir o limitar espacios, los muros pueden ser divisorios o muros de carga.
En Precollapse, Grip Face ha trabajado en espiral respecto a la ocupa- ción espacial de sus obras en la galería Pep Llabrés. Ha tapiado lugares de acceso, ha ubicado un luminoso en el backstage, ha pintado textos y imágenes en la pared y sobre madera pero, sobre todo, ha entrado definitivamente en la tercera dimensión. Una gran tela con una mampostería de ladrillos representada se desliza de la pared adentrándose al suelo. Perfecta. Se podría izar como una bandera o desplazar como una sutil cortina, pero una parte de la misma está atrapada en su parte inferior por siete bolsas de basura. Si se hubiera cargado el muro verticalmente, quizá este hubiera empezado a deshilacharse y, probablemente, hubiera caído el telón antes de que nada hubiera empezado. Gris sobre rosa.
Este proyecto supone, entre otras cosas, un ejercicio escenográfico que contempla seleccionadas aproximaciones a la realidad. Imágenes que se superponen, manchas, garabatos y fragmentos de texturas en una dramatización en la que nada es lo que parece. La forma del registro.