El último fin de semana de mayo revolucionó el circuito artístico de la isla de Mallorca como pocas veces sucede. Nadie faltó a conocer las sorpresas que aguardaban dentro del Palacio de Congresos del Pueblo Español, acogiendo la primera edición de SUMMA Mallorca, la nueva feria internacional de arte contemporáneo. El proyecto creado por el equipo de JustMad Madrid y encabezado por el comisario Oscar García, agrupó a más de una treintena de nuevas galerías de arte independientes que aportaron una bocanada de aire fresco con nuevos nombres al panorama artístico, con una marcada presencia latinoamericana.

Un recorrido durante los cuatro días del evento sirvió para zambullirse en el trabajo y las historias de creadores y galeristas, ansiosos por mostrar a un nuevo público sus apuestas, muchas de ellas de un gran valor técnico y simbólico. Lo más notorio a nivel general, fue la claridad de las galerías por ofrecer a coleccionistas obras bidimensionales, con muchísima pintura, escultura y algo de dibujo y fotografía, siguiendo la tendencia global del mercado del arte por la prudencia en la adquisición de piezas con posibilidades de reventa, sin casi apuestas de tipo más conceptual o de excesiva dependencia tecnológica. La pintura monopolizó la feria en todas sus variedades.

MARIA EUGENIA PIACENTINI

La artista Julia Santa Olalla fue la apuesta de la Galería F2 (Madrid), ya conocida por sus pinturas de gran formato que ahondan en la interpretación de la realidad. Tres lienzos de óleo sobre lino mostraban enfoques de paisajes domésticos, captando focos en detalles de espacios urbanos sumamente nítidos, con un dominio evidente de la paleta y una pincelada adecuada, figurativa. 

Otra mujer, la artista rusa Yulia Bas, expandió en el espacio de la G Gallery (Barcelona) una obra interesante, a veces perturbadora. Y es que la artista crea obras utilizando tiza y carboncillo directamente sobre telas de lino, donde va formando figuras humanas o retratos con los dedos, a veces con guantes, que expande en pequeñas manchas a modo de borrones. Si bien en la obra anterior de esta artista utiliza el óleo como material principal, esta nueva serie cambia a otra materialidad, literalmente, por un error, por una mancha que Bas intenta borrar y en donde redescubre otro lenguaje visual, que explota a través de la repetición sin abandonar su tradicional intención por la figuración en las obras acabadas. Las obras cumplen dentro de su sentido experimental.

GLORIA MATARAZZO

Una de las pocas propuestas escultóricas de la nueva feria la trajo la madrileña DDR Art Gallery, codirigida por Elisa Rodrigo. Se trata del artista madrileño Roberto López Martin y sus piezas que llaman inmediatamente la atención del espectador. Estas esculturas conviven con dos pinturas de esgrafiados con ceras sobre telas utilizadas como tapices de muebles provenientes de casas de su propio núcleo familiar, de una enorme carga histórica y simbólica. Esas pinturas no son más que los bocetos previos de otras esculturas creadas por López Martin. Sus piezas son ideadas desde el punto de partida de la relación entre lo bello y lo siniestro. Y ciertamente tienen una carga inquietante. Destaca la obra ‘Pinocho’, la representación de este histórico personaje infantil con su interminable nariz forrado totalmente en tela al igual que el trofeo que lleva como sombrero. En ella, apela a la idea del éxito y el reconocimiento social a través de las mentiras. Otra de sus piezas es la representación de un niño pequeño con las orejas de Mickey Mouse, igualmente forrado de tela en su totalidad. En esta propuesta narra la frase del universo Disney en su filmografía de los años 80’s, que aseguraba “Todo lo que puedes soñar, lo puedes conseguir”, un concepto que pocas veces se logra en la vida real y que representa visualmente a través de personajes atrapados, entelados y cosidos.

A pocos metros de distancia, la propuesta del artista urbano SFHIR era presentada a través de una colaboración entre la agencia de representación de artistas 4LEAF y 95 Gallery. Uno de los trabajos murales de SFHIR fue reconocido recientemente por la plataforma Street Art City como el mejor mural del mundo. En su espacio, este creador ofrece una serie de objetos escultóricos, una especie de trozos de murallas arrancadas de su ubicación original y trasladadas al espacio expositivo en obras mixtas que desde un tosco y violento hormigón, extrae pinturas de delicadeza y calidad pictórica a través de la representación formal de la figura humana. Desde una formación completamente autodidacta, esta artista ha logrado reconvertir un almacén de obras madrileño en un enorme espacio dedicado exclusivamente al arte urbano.

La oferta fotográfica también estuvo presente en la feria. Si bien no destacó por su cantidad, sí lo hizo por su calidad. Es el ejemplo del fotógrafo argentino Fernando Maselli, representado por la Galería en Blanco, con su sede ubicada en San José del Cabo, México. Las fotografías de Maselli utilizan la técnica conocida como infinito artificial, logradas a través de montajes fotográficos usando la repetición de imágenes superpuestas. A través de esta técnica crea dos de sus series, ‘Irofanías’ (paisajes sagrados) dedicada al bosque de Garajonay, uno de los pocos vírgenes existentes en Europa, específicamente en la isla de La Gomera (Canarias). La otra es ‘Anunciaciones’ donde expone lo sublime a través de las nubes que captura con la cámara desde las cumbres de las montañas que escala.

CONRADO LOPEZ

A metros de Maselli, el proyecto Skiascope (Madrid), capitaneado por la comisaria y representante de artistas visuales María Lightowler presentaba el trabajo de otra argentina, la sexagenaria artista Gloria Matarazzo. Su obra es una serie de fotografías intervenidas donde ahonda en el universo de lo onírico en los sueños, en la idea de la relación entre lo real y lo imaginario. Sus piezas son creadas a través de fotografías superpuestas en diversas capas, acompañadas por imágenes que se repiten como ciertas insistencias en los sueños, que se van transformando. Las composiciones acabadas son impresas directamente sobre metacrilato. 

Por su parte, la galería mexicana Lanao, dirigida por Sharon Cababie, ofreció una selección de finas obras creadas por el colectivo M.Yucas Art. Formado el año 2024 y compuesto por tres diseñadores mexicanos de distintas disciplinas (entre ellos, la propia Cababie), el colectivo propone dibujos de enorme prolijidad técnica creados con rotuladores de punta fina sobre papel secante en composiciones imposibles que generan juegos ópticos, hipnóticos. Son una veintena de piezas acompañadas por una obra escultórica elaborada en resina de blanco crudo de formas orgánicas y circulares. Su práctica, que comenzó como un juego, los ha convertido en poco tiempo en un colectivo conocido dentro del panorama artístico del Distrito Federal del país azteca.

Ángel Toren fue una de las sorpresas de la feria. Formado como diseñador gráfico y representado por Untitled Gallery London, el creador murciano pasó de ser muralista de arte urbano en el 2007 a crear obras artísticas geométricas de gran precisión. Utilizando la tipografía abstraída, crea planos de reproducción y descomposición tipográfica. Sus estudios prácticos abarcan lienzos de juego entre tonalidades y perspectiva, también de profundidad y volumen. En sus obras mixtas, utiliza materiales tan diversos como el aluminio, el metacrilato y el barniz de automóviles.

Uno de los grandes descubrimientos fue el artista presentado por el espacio galerístico y coworking barcelonés Canal Gallery, dirigido por el artista, investigador y docente vasco Balu. Hablamos de Conrado López (Jerez de la Frontera, Cádiz). De una formación básica en ilustración y posterior práctica autodidacta, el joven artista crea pinturas sobre lienzo de una realidad atemporal, en una fusión entre graffiti y pintura al óleo. Pasa literalmente de pintar muros a pintar lienzos. En este pintor llama poderosamente la atención el dominio de una pincelada segura, de movimientos concretos, el conocimiento de la proporción en la representación formal de la anatomía humana y una maestría en el uso de la paleta cromática, que mezcla formidablemente con otros elementos que no siempre funcionan bien, como el pan de oro y los fosforescentes, pero que en caso de López, integra a las técnicas clásicas con una elegancia y delicadeza admirables. Los temas de sus lienzos también sorprenden por su simplicidad. Retrata a su novia, a una amiga, los materiales que utiliza, lugares por los que pasa, las plantas de su espacio, vamos, la vida misma en su total simplicidad y cotidianeidad, que dota a su trabajo de una monumental universalidad. 

Otra presencia destacable ha sido la de la ceramista argentina María Eugenia Piacentini, que presenta esculturas en cerámica de una delicadeza deslumbrante. Sus piezas cerámicas, donde representa a niñas jugando con la luz y la sombra, entre otras, son cocidas a una temperatura de 1200 grados, que logran permear en el barro hasta darles una fortaleza en sus estructuras semejante a la piedra. Piacentini escapa radicalmente del uso habitual de la cerámica para elevarla a otro espacio, a las bellas artes escultóricas tradicionales profesionales. Radicada en Alcudia, en la isla de Mallorca, Piacentini parece ir camino a convertirse en uno de los referentes en el mundo de la cerámica artística contemporánea.

La primera edición de la feria SUMMA Mallorca ha pasado su primera prueba con nota sobresaliente, al menos desde la calidad de las galerías participantes y la variedad de artistas y obras presentadas, que el público insular ha tenido la oportunidad de descubrir. Queda pendiente lo importante y es lo relacionado a lo económico, de ver si esta propuesta ferial, que es positiva y de agradecer, será correspondida a nivel de adquisiciones de obras. Esperemos que el coleccionismo local responda y la feria continúe, porque ya ha sumado enormemente a la conocida realidad insular, donde algunos nombres volvieron a repetirse, 

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