Mientras recorría en silencio la exposición ‘España Oculta’ por las salas de la Fundación March de Palma, el mismo día, casi al mismo tiempo, el Rey de España Felipe VI concedía el título de Marquesa del Valle de Alcudia a su autora, la fotógrafa Cristina García Rodero, junto a otras personalidades que también recibieron el reconocimiento nobiliario, como el tenista Rafael Nadal, la cantante Luz Casal o el científico Carlos López Otín.

La muestra recién inaugurada de Cristina García Rodero (Puertollano, Ciudad Real, 1949) y que estará abierta al público hasta el 11 de octubre próximo, no es casualidad que se exhiba en ese lugar. Fue gracias a una beca otorgada por la Fundación March que esta fotógrafa pudo recorrer la España profunda y disparar las imágenes que le permitirían crear el libro ‘España Oculta’ en el año 1989, que se convertiría en un hito de la historia de la fotografía, un rico registro documental de la vida más desconocida de la península ibérica.
Pero la fotografía de García Rodero no es cualquier fotografía de fotoperiodismo o fotorreportaje, porque ella no es ni fotoperiodista ni fotoreportera. García Rodero viene del mundo de las bellas artes, y el enfoque de sus disparos vienen desde ese lugar, que acercan sus registros a una estética más relacionada a lo artístico que a lo meramente documental. Y ese fue el ojo que la agencia Magnum puso sobre su obra, que provocó convertirla en la primera fotógrafa española en ser incluida dentro de la nómina de colaboradores de, probablemente, la agencia de fotografía más reputada del mundo.

Fotógrafos hay muchísimos, pero no todos llegan a publicar sus imágenes en cabeceras de primera línea periodística como los periódicos The New York Times, Washington Post o revistas como TIME, The New Yorker, National Geographic o LIFE. Abrir alguno de estos medios escritos, para cualquiera que haya ejercido en el mundo de la edición, comprueba la dimensión de su contenido fotográfico que no sólo acompaña noticias, reportajes o entrevistas o dan vida a las palabras. Sus imágenes están dotadas en su mayoría de una dimensión artística y narrativa que se transforman en parte de la misma noticia, en coprotagonistas de esas palabras, que a ratos podrían incluso prescindir de ellas y que con el tiempo se han vuelto universales, obras de arte por sí mismas. De ese secreto visual es parte Cristina García Rodero.
Desde sus inicios, García Rodero ha recorrido miles de kilómetros en constante búsqueda de imágenes y personajes interesantes. La Premio Nacional de Fotografía comienza un viaje por los pueblos de España documentando fiestas, tradiciones y formas de vida que ella misma describe como “un mundo rico, extraño, misterioso, feliz, absurdo, ridículo, genial, creativo y violento”. Y esa afirmación se demuestra a rajatabla en todos sus disparos. Su registro adquirió enorme relevancia porque documentó el rostro y el espíritu de un país que cambiaría a ritmo acelerado tras la muerte del dictador Francisco Franco en 1975, dando paso a la transición democrática. Medio siglo después, esta exposición muestra la serie completa de esos disparos. A las 126 imágenes reunidas en aquel libro publicado en 1989, se añaden ahora otras 33 fotografías inéditas que entonces no se incluyeron.
Es muy interesante en la fotografía de García Rodero que aparte de su carácter documental, además de artística, sus imágenes narran historias de fácil comprensión para el espectador y múltiples lecturas que dejan volar la imaginación. En muchas de ellas se aprecian varias historias a la vez en un mismo disparo, que las convierte en embrujantes. Existe una premeditada intencionalidad por representar la vida y las prácticas de los sectores sociales más postergados y vulnerables. Asimismo, en muchas fotos captura el paganismo religioso, a veces de una connotación visual macabra. Muchas de sus fotos registran vestimentas típicas de distintos puntos geográficos de España utilizados con motivo de celebraciones religiosas. También incluye en sus registros el mundo taurino con toda su violencia, el universo de la muerte y las costumbres para dar el último adiós.

Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, fue elegida en 2013 como académica de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Sus fotografías se encuentran dentro de algunas colecciones como el Centro de Arte Reina Sofía, el Museo de Bellas Artes de Houston y la Maison Européene de la Photographie. El año 2018 se inauguró un museo dedicado en exclusiva a su obra, el Museo Cristina García Rodero en su ciudad natal, Puertollano (Ciudad Real), con el más extenso contenido visual y documental de su trabajo a lo largo de los años, que han incluido también experiencias en países como Etiopía, la India y haití.
La España oculta que Cristina García Rodero desempolvo he hizo pública décadas atrás y que se encuentra vigente, chocante y conmovedora aún en nuestros días, es una cita que el espectador no puede perderse y que cambiará su percepción sobre la España que conocemos, sus tradiciones y le hará reflexionar sobre muchas cosas, tan personales como sociales, compartidas. La fotografía de García Rodero le hará crecer y quererse, aunque no quiera. La oferta de la Fundación March propuesta para la temporada estival es sin rodeos, una de las mejores de la ciudad. No se la pierda, porque se arrepentirá.