Un reciente libro de investigación periodística, ‘King Corp’, ha desvelado un secreto de Estado que se llevaba guardando desde hace décadas: la existencia de Alejandra de Rojas, quien sería hija de Juan Carlos I, fruto de una relación extramatrimonial con Charo Palacios, una aristócrata fallecida que era condesa de Monarco por viudedad. Aunque la Casa Real ha negado esta paternidad, Alejandra se ha convertido en un personaje de interés para los medios y la sociedad española, debido a que, en caso de que reclamara su parentesco, entraría en la línea sucesoria de la Corona.

Alejandra, quien ha mantenido hasta ahora un perfil discreto, es una habitual colaboradora de la revista ‘Hola’, especialmente en el suplemento ‘Hola living’ y en sus páginas de moda. También tiene un perfil en Instagram muy activo, seguido por más de 57.000 personas, donde ha sido objeto de mayor atención desde que se hizo pública su posible vínculo con la Familia Real.
Aunque Alejandra no tiene intención de reclamar su parentesco ni sus derechos y privilegios como integrante de la Corona española, según las fuentes consultadas por los medios, su existencia ha sido conocida por muchos en la Familia Real durante años, aunque nunca ha habido un pronunciamiento público al respecto. Además, la Constitución y las leyes relativas a la Corona no hacen distinción legal alguna entre hijos legítimos e ilegítimos, a diferencia de lo que ocurre en otros países europeos.

De Rojas, nacida a comienzos de los 1980, está casada con Beltrán Cavero, sobrino de la política Esperanza Aguirre. Sus apellidos provienen de su padre biológico, Eduardo de Rojas, quien tenía un pasado político turbio: era uno de los fundadores de Falange Española, partido que lideró José Antonio Primo de Rivera, y durante la Segunda Guerra Mundial participó en la División Azul en el Frente Oriental.
A pesar de la polémica y el interés mediático generado por el caso de Alejandra de Rojas, la Casa Real ha mantenido su postura de negar esta paternidad y cualquier conocimiento previo sobre su posible existencia. Sin embargo, esta revelación ha puesto de nuevo en el foco la vida secreta del Rey emérito, quien ha sido objeto de numerosos escándalos y controversias en los últimos años, incluyendo una investigación judicial por presunta corrupción y un exilio autoimpuesto en Emiratos Árabes Unidos.