En un pequeño rincón de Pensilvania, la expectación crece mientras el invierno parece disputar su último aliento. Es el 2 de febrero, el «Día de la Marmota», una tradición arraigada en la cultura estadounidense que tiene como protagonista a un peculiar adivino peludo: Phil.
Phil, una marmota residente en Punxsutawney, es el centro de atención anualmente en esta fecha crucial. ¿El motivo? Su habilidad, según la creencia popular, para prever el destino del clima invernal. Si Phil emerge de su guarida y divisa su sombra, las predicciones auguran seis semanas más de frío. Por otro lado, si el día se presenta nublado y Phil no ve su sombra, se interpreta como un presagio de una primavera temprana.
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— Nuriaipunt (@nuriaipunt) February 2, 2024
Sin embargo, la fiabilidad de las predicciones de Phil ha sido objeto de controversia. Según datos de la NOAA, en la última década, sus pronósticos han acertado solo en un 40% de las ocasiones, lo que plantea dudas sobre la validez de esta ancestral práctica.
La historia del Día de la Marmota se remonta a las antiguas tradiciones europeas, donde animales como tejones y osos fueron utilizados para prever el cambio de estación. En Europa, el festival de Imbolc marcaba la transición entre el invierno y la primavera, y se creía que los animales tenían poderes especiales durante este período.
Con la llegada de los colonos alemanes a Estados Unidos en los siglos XVIII y XIX, la tradición evolucionó, adoptando la figura de la marmota en lugar de otros animales. Desde entonces, Phil se ha convertido en un ícono cultural, aunque su precisión como meteorólogo animal sigue siendo objeto de debate.
La leyenda que rodea a Phil es tan intrigante como sus pronósticos. Se dice que desde 1886 ha estado haciendo predicciones gracias a un elixir mágico que le otorga siete años adicionales de vida cada vez que lo bebe durante el verano. No obstante, las estadísticas demuestran que las marmotas raramente superan los seis años de edad, lo que añade un toque de misterio a esta fascinante tradición.
