Muchas son las personas que piensan que por tener averiado un faro de coche no van a tener ningún tipo de sanción si son parados por los agentes de tráfico. La sorpresa viene al saber que se trata de una infracción que conlleva multa económica. No se trata de un aspecto a descuidar, y es que así lo recoge el artículo 101 del Reglamento de Circulación.
¿Qué dice la normativa con respecto a los faros?
De manera literal, se expresa que «Todo vehículo de motor y ciclomotor que circule entre el ocaso y la salida del sol por vías urbanas o interurbanas suficientemente iluminadas, o a cualquier hora del día por túneles, pasos inferiores y tramos de vías afectados por la señal «Túnel» (S-5) suficientemente iluminados, llevará encendido, además del alumbrado de posición, el alumbrado de corto alcance o de cruce. Igualmente, llevará encendido dicho alumbrado en los poblados, cuando la vía esté insuficientemente iluminada».

Y es que el Ajuste de los faros goza de una importancia máxima. En carretera, las condiciones de visibilidad pueden cambiar en un breve espacio de tiempo, y lo que puede ser una conducción tranquila en un día soleado puede convertirse en una niebla espesa y una lluvia intensa en la cual tengamos que encender los faros. Si alguno de ellos no funciona, ya no solo nos estamos arriesgando a una sanción económica por valor de 200 €, sino que estamos poniendo en grave peligro al resto de conductores y a nosotros mismos.
No llevar las luces debidamente ajustadas, o lo que es peor, tener algún faro fundido, aumenta exponencialmente el riesgo de sufrir un accidente de circulación. Cuando llega la noche y hay que encender los faros, si estos no están debidamente regulados o han dejado de funcionar, estamos comprometiendo gravemente la seguridad vial. Por esa razón, revisar de manera continua el estado de las luces y el adecuado reglaje de los faros puede salvarnos de situaciones bastante complicadas, tanto a nosotros como al resto de usuarios de la vía.

Revisa el adecuado funcionamiento de los faros es sencillo, y podemos realizarlo por nosotros mismos. Pero en el caso de no disponer de tiempo suficiente, una visita rápida al taller permitirá que este problema se soluciones rápidamente. La mínima inversión que supone revisar el estado de nuestro sistema de iluminación, sustituir una bombilla fundida o conseguir que nuestro vehículo ilumine adecuadamente, siempre supone una garantía total de que veremos y seremos vistos. Tal y como hemos apuntado, no merece la pena ir postergando una visita al taller bajo cualquier excusa. No lo hagas solamente por evitar una multa económica, sino porque se multiplican las posibilidades de sufrir algún tipo de percance.
La seguridad vial es cosa de todos, y por descuido o falta de mantenimiento podemos estar impidiendo que nuestra visión sea la adecuada. O que un vehículo que circule de frente quede deslumbrado y sufra una salida de vía por ello. ¿No crees que es un riesgo demasiado elevado para asumir por la cuestión que lleva muy poco tiempo a la hora de revisar? De cara a un viaje largo o a una salida vacacional, conviene siempre tener nuestro vehículo a punto. No descuidar el estado de los faros, tanto delanteros como traseros. Nos puede ir bastante más en ello que una simple sanción administrativa. No merece la pena jugársela, la seguridad es cosa de todos.