¿Cómo y cuándo empezaste a pinchar?
A mí siempre me ha gustado mucho la música electrónica. Recuerdo que cuando tenía unos 10 años, no paraba de escuchar recopilatorios como el Blanco y Negro Mix o el Max Mix 4. Un día, mi madre se hizo con un ejemplar de la revista Primera Línea que incluía un CD-ROM con fiestas nocturnas en España. No podía dejar de mirarlo en el ordenador ya que me llamaba mucho la atención.
A los 13 años, mi padre me compró un mezclador de luces pero que tenía altavoces RCA Audio. Lo conecté a la minicadena, que contaba con radiocassette, y en un discman. Así hice mis primeros pinitos (risas). Me acuerdo qué hasta grababa cintas para mis amigos de clase del Cide. Entonces, me di cuenta qué quería ser discjockey.
Poco después, me regalaron un plato Technics y una mesa Akijama. Por entonces, a los 14 años, ya iba a las galas de tarde. Siempre me quedaba mirando al deejay para aprender como mezclaba pero al llegar a casa, me encontraba el hándicap de solo poder mezclar un tema ya que continuaba con el discman. Así, mi padre hizo el esfuerzo de comprarme un segundo plato. Además, me hizo leer un librito que portaba el recopilatorio Max Mix 4. En él, te enseñaban cómo pinchar.
Durante aquellos primeros años pinchaba, con mi equipo, en las fiestas que montábamos en el colegio. Era una pasada como nos los currábamos transformando la clase en una auténtica discoteca (risas)
¿Cómo empezó tu carrera?
Pues de la manera menos pensada. A los 16 años, me puse en contacto con Pachá para ver si podíamos hacer allí la fiesta de final de curso. Para mi sorpresa, me dijeron que sí. Y la verdad, fue un exitazo ya que metimos a unas 1.000 personas a pesar de que era un martes por la tarde sin ser festivo.
Cuando estaba pinchando, vino a la cabina Gabi Triquet. Tras presentarse y hablar un rato, nos intercambiamos los teléfonos. “En un mes, si ves que no te he llamado hazlo tú”, me dijo. Así que espere pacientemente el paso de las semanas hasta que se cumplió el plazo. Él me dio mi primera oportunidad, concretamente con una residencia los viernes noche junto a Angelito, ya de los Djs Club, en Clan.
Como curiosidad, déjame comentarte que antes era conocido como Alex Traxx (risas). Me cambié el nombre artístico una noche en el Deelite, un club que estaba en el Paseo Marítimo, gracias a la sugerencia de Robert Rodríguez.
¿Con que estilo te sientes más cómodo?
Con el house, sin duda. En especial, con el clásico y puro de entre mediados y finales de los noventa.
Artistas como Armand Van Helden, Masters At Work, Sandy Rivera (Kings of Tomorrow), Alex Neri o Daft Punk, por citar algunos, han sido mis principales influencias musicales.
¿Cuánto tiempo dedicas a la búsqueda de nueva música?
Depende de la temporada. Te explico: en verano me resulta imposible dedicarle el tiempo necesario porque la agenda no me lo permite. En cambio, en invierno me paso unas cinco horas diarias. De lunes a viernes, como si fuera lo que realmente es: un trabajo.
¿Eres más de día o más de noche?
De noche. Siempre me ha fascinado todo lo que tenga que ver con ella. En mi modesta opinión, la magia de las fiestas de días se ha perdido. O al menos, las que tú y yo conocimos. Definitivamente, las fiestas de antes no son como las de ahora.
Con tantos años detrás de los platos, imagino que tendrás muchas anécdotas…
Te voy a contar una que recordaré para siempre. Fue en una Nochebuena en Bulevar Mediterráneo. Yo tenía unos 20 años. Estaba pinchando en Bellmon, la sala que estaba abajo, en concreto la remezcla de Mousse T del tema “Sex Bomb” de Tom Jones. En aquellos tiempos, había un limitador que, cuando se superaba el volumen permitido, apagaba automáticamente la música. Y eso es justamente lo que pasó. Mientras, yo estaba emocionado con los monitores sin enterarme de nada. De hecho, pensaba que la gente estaba vibrando conmigo… hasta que vino el jefe de sala para decirme que no sonaba nada en la pista. Entonces, me di cuenta que los gritos y silbidos no eran de euforia sino todo lo contrario (risas).
Por cierto, ¿cuál ha sido la fiesta de tu vida?
Con tantos es años, es difícil elegir tan solo una. Y es que por ejemplo, en el Social Club hemos y estamos teniendo noches espectaculares.
Pero bueno, si tengo que elegir me quedo con la primera vez que pinché en Factory. Y es que cuando era niño, los chicos mayores de mi barrio siempre hablaban de esa sala. Así que, supongo, la mitifiqué.
De esa noche recuerdo incluso la fecha: sábado 22 de mayo de 1999. Coincidió con mi 18 cumpleaños y lo celebré haciéndome mi primer tatuaje. Cuando se lo estaba enseñando a Gaby Triquet, apareció Gaby Freeman para decirme si quería ir por la mañana a pinchar a su after: el Heaven. Así que fue todo perfecto.
Además de deejay, también tienes tu propio sello discográfico junto a tu inseparable Sote de Lino…
Efectivamente. Es un proyecto que arrancamos en 2017 como Esouh Records. El nombre, que es house al revés, ya lo había empleado Isaac Indart más de una década antes. Evidentemente, le pedimos permiso para utilizarlo.
Durante estos cinco años, hemos editado un total de 23 trabajos. A finales de este verano llegará el vigésimo cuarto, que incluye un remix de Tuccillo.
Desde el principio, nuestra idea es sacar cuatro ‘releases’ al año ya que queremos tratar los lanzamientos digitales con el cariño y promoción como si salieran en vinilo.
Cada ‘release’ tiene entre tres o cuatro temas. Entre otros, han producido para nuestro sello artistas como el francés Franck Roger, el alemán Djoko o el estadounidense Gari Romalis.
Cambiando de tema… ¿Cómo llevas eso de conciliar la paternidad con la noche?
La verdad es que, en ocasiones, es complicado. Sobre todo, cuando llega la temporada de verano. Y es que hay veces que no veo a mi hija durante el fin de semana y eso es muy duro. El apoyo de mi mujer y de los abuelos es fundamental para mí.
Olivia tiene ya cuatro años. Una tarde me la llevé a una prueba de sonido y se lo pasó pipa. “Quiero ir al sitio de las luces de papá a bailar”, repite constantemente (risas).
Tras dos años condicionados por la pandemia… ¿Cómo se presenta este verano?
Espectacular. Venimos en Social de un invierno muy bueno y este verano pinta genial. Estoy cumpliendo un sueño. Es como pinchar en mi casa… pero con deejays y productores a los que admiro: Sandy Rivera, Green Velvet, Hot Since 82…
También trabajo para la agencia SubUrban, que dirige Sebas Ramis. Con ellos, pincho tres veces a la semana en el UM Beach House, antiguo Mood, en Puerto Portals.
Además, también tengo con Sote el Esouh Radio Show, cada jueves de 18 a 19 horas en Who Electronic Radio.
¿Hasta cuándo te ves pinchando?
Pues hasta que el cuerpo aguante y me sigan contratando (risas). Nunca me he planteado dejarlo pero, a veces, pienso que haré después. Ten en cuenta que llevo trabajando toda mi vida en la noche.
Por último, ¿qué consejos le darías a alguien que está empezando?
Practicar mucho y no tener prisa, puesto que nunca sabes cuando llegará tu oportunidad. Y también que tenga claro que luchar por los sueños implica sacrificio.
FAST CHECK
- Un deejay: Sote de Lino
- Un productor: Armand Van Helden
- Un tema: ‘Freestyle Orquestra’ (Planet Funk. Vol 2)
- Un estilo que no sea electrónica: Soul
- Un club: Social Club
- Un festival: Sónar
- Una comida: sushi
- Una bebida: vino tinto
- Una película: la saga de ‘Rocky’
- Una serie: ‘Twin Peaks’
- Un lugar para perderse: Madrid