Según la reciente Encuesta de Hábitos Deportivos 2022, más del 51% de las mujeres en España se involucran activamente en alguna forma de ejercicio físico, marcando un hito al superar por primera vez la mitad de la población femenina. Este aumento en la participación deportiva femenina plantea interrogantes sobre la equidad en el acceso a productos que respalden su rendimiento.
A pesar de este incremento, el mercado de suplementos nutricionales para deportistas sigue sesgado hacia los consumidores masculinos. Datos reveladores muestran que un 27% de los hombres que practican deporte utilizan suplementos, en comparación con un 14% de las mujeres. Las preferencias también varían, con los hombres inclinándose hacia productos ricos en proteínas, L-Carnitina y Creatina, mientras que las mujeres optan por suplementos diuréticos o aquellos que proporcionan vitaminas y minerales esenciales.
Esta discrepancia plantea la cuestión de si los productos de nutrición deportiva realmente abordan las necesidades específicas de las mujeres, considerando las diferencias en el sistema hormonal y otros factores clave. La nutricionista Blanca Seguí enfatiza la importancia de reconocer estas disparidades, especialmente en términos de consumo calórico, carbohidratos y grasas saludables, elementos cruciales para el rendimiento deportivo femenino.
«Prescindir de estos nutrientes significa disminuir el rendimiento y poner en riesgo la salud, especialmente cuando se practica deporte con elevada frecuencia o de mucha intensidad», advierte Seguí. Además, destaca la relevancia del ciclo menstrual y la fase de la vida de la mujer, subrayando que la función hormonal ejerce una influencia significativa en el rendimiento deportivo. Su consejo es claro: es esencial considerar estos factores no solo en la rutina de entrenamiento, sino también en la alimentación y la suplementación.
En un mundo donde las mujeres están asumiendo un papel cada vez más activo en el ámbito deportivo, es imperativo que la industria de la nutrición deportiva evolucione para abordar sus necesidades específicas, garantizando un apoyo integral que permita un rendimiento óptimo y una salud duradera. La igualdad en el acceso a productos de calidad es esencial para aprovechar plenamente el potencial atlético de todas las mujeres comprometidas con la actividad física.