La isla balear tiene suficiente encanto como para enamorar a todo el que la pisa por primera vez, no en vano hay quien repite cada año
I
r a Mallorca es sumergirse en un lugar espectacular que tiene de todo para conquistar a sus visitantes. Cuenta con tan solo 3625 kilómetros cuadrados de superficie, pero le son suficientes para reunir muy distintos monumentos, paisajes naturales, museos, fondos marinos increíbles y hasta carreteras que atraen a cientos de ciclistas.
Los motivos para visitarla sobran, pero por nombrar solo algunos se pude decir que su gastronomía, sus playas y sus monumentos no dejan indiferente a nadie. No es de extrañar, por tanto, que reciba más de 14 millones de turistas al año. Ahora bien, con la pandemia de COVID-19 esta cifra ha bajado a menos de dos millones, por lo que es el momento ideal para disfrutar de su belleza sin aglomeraciones.
Para ello, nada mejor que poder elegir los mejores hoteles para alojarse en los lugares mejor ubicados y desde allí explorar la isla. Sin duda es la época perfecta para conocer este paraíso y encontrar la mejor opción de alojamiento.
Por qué ir a Mallorca
Empezando por sus más de 300 playas y calas, entre las que cabe destacar Cala Formentor, Cala Deià o Cala Varques, posee numerosos rincones naturales escondidos. Un claro ejemplo de ello es Sa Calobra, declarado Monumento Natural en 2003 y que deja sin aliento a quien lo visita por primera vez.
Cuando se habla de playas, la de Coll Baix en Alcúdia es un reto que exige recorrer 14,7 km para saborearla. Siguiendo con las excursiones y caminatas, para llegar a cala virgen de Caló des Màrmols, hay que andar una hora desde el faro de Cap de Ses Salines, pero bien merece la pena. Si no apetece caminar tanto, la mejor opción es la playa de Es Trenc, un área prácticamente virgen de más de dos kilómetros. Y para quien guste de lugares más concurridos Ses Covetes o la playa del Mago ofrecen toda la parafernalia veraniega con chiringuitos incluidos.
Para continuar, Palma es de visita obligada, una ciudad que seduce al visitante con su catedral y con el Palacio Real de la Almudaina entre otros muchos lugares encantadores. Y si se quiere conocer la isla más a fondo, lo mejor es hacer una ruta por sus pueblos, aprovechando para degustar su gastronomía más auténtica. Por supuesto, los amantes de los espacios naturales también tienen cabida en la red de senderos del Parque Natural de Mondragó, en la Sierra de la Tramuntana o en La Albufera. Tres espacios de una belleza sobrecogedora para vivir la naturaleza en estado puro.
También el enoturismo, los deportes acuáticos y sus famosas y numerosas cuevas son otros atractivos a tener en cuenta a la hora de viajar a la isla. Los vinos de Mallorca son famosos por sus variedades tintas, aunque los blancos también ofrecen una gran calidad. En cualquier caso, la mayoría son elaborados con uva autóctona, lo que le da un aroma y paladar únicos.
En cuanto a los deportes acuáticos, Mallorca es el lugar perfecto para ellos, su maravilloso clima, los vientos favorables y la temperatura ideal del agua, han hecho que proliferen gran cantidad de centros acuáticos, clubes náuticos y marinas, todo ello con el añadido de su infraestructura de primera clase y gran variedad de su costa. La vela es uno de los clásicos que han dado a conocer la isla a nivel mundial, aunque el surf, el windsurf, el kite surfing o el fliteboarding también atraen a muchos aficionados. Eso sin contar con el buceo y submarinismo, otras dos modalidades deportivas que encuentran en las aguas mallorquinas todo lo que están buscando.
Por último, no se puede visitar la isla sin conocer alguno de sus mercados artesanales donde adquirir productos de la tierra, ropa, calzado y por supuesto artesanía típica balear. Punto de encuentro semanal, los mercados congregan a los lugareños, que buscan en ellos novedades, el suministro semanal de frutas o verduras, y una atención al cliente, mucho más cercana. Los mercados tradicionales normalmente se encuentran en la plaza principal de cada localidad y se extienden por su centro.
Algunos de los más famosos y recomendables son el mercado de Pollensa, el sitio donde encontrar un bonito recuerdo mallorquín al tiempo que se disfruta de sus bonitas calles y sus acogedores cafés. El de Inca es otro de los favoritos para comprar zapatos, bolsos y otros complementos de piel. El de Santa María es la opción para quienes buscan un mercado agrícola, y el de Sineu es quizás el que mejor conserva las tradiciones.
Ni que decir tiene que Mallorca también es popular entre el público más joven que buscan diversión y vida nocturna, pero lo que ofrece es mucho más de lo que cabría esperar.