En Mallorca hay talento. Y si no fuera suficiente con la cantera local, la Isla cuenta con el magnetismo para atraerlo hacia ella. Así quedó demostrado anoche en los Premis Ciutat de Palma, que se entregaron en el Teatre Principal. La resaca y el trasnoche del histórico Sant Sebastià (récord de asistencia, el buen tiempo y las cofradías se aliaron con el patrón de Palma) pululaba sobre la cabeza de todos los presentes, pero se mantuvo el tipo durante el acto.
El inicio fue interesante. Pese a que la propuesta de llevar el Cabaret suena ya muy vista, fue recibida entre sonoras carcajadas la aparición de Llorenç Gamés, concejal de Cultura, como la estrella del baile. Se le agradeció la disposición y la timidez entre los pícaros bailarines. A partir de ahí la propuesta del espectáculo fue decayendo. Pese al talento de las voces de los cantantes, la gala se hizo larga y algunas estrofas ni se entendían. Si había mensaje de calado detrás de los números, es posible que algunos no lo entendieran.
los premiados del Ciutat de Palma demostraron una ciudad que bulle, repleta de talento, arte y, sobre todo, preocupación por su alrededor
Mientras tanto, los premiados del Ciutat de Palma demostraron una ciudad que bulle, repleta de talento, arte y, sobre todo, preocupación por su alrededor. Son víctimas y denunciantes de una crisis que ha azotado a la cultura y muchos de ellos son ahora miembros del precariado. ¿Cómo no iba a trasladarse a su obra?
El problema de la vivienda se subió al escenario con el premio a las Artes Escénicas. La obra ‘Comviure’,”arriesgada y con voluntad de experimentación”, según el jurado, narra la presión sobre la vivienda por el alquiler turístico. “Nos gustaría pisar más el escenario, no para recibir premios sino para tener trabajo”, señaló Joan Fullana, que compartía galardón con Diego Ingold y Juan Tomás Martínez.
El premio de Audiovisuales recayó en Miguel Eek Quesada, por ‘Vida i mort d’un arquitecte’. Un homenaje a Josep Ferragut, que se enfrentó a constructores que querían urbanizar la costa y cuyo asesinato se cerró como si fuera un crimen entre homosexuales. Homofobia, franquismo, corrupción, construcción… Eek pretende cerrar heridas pasado el tiempo y pone de manifiesto que de aquellos barros, estos lodos.
El premio de Investigación fue para el ‘Atlas d’arquitectura teatral a Palma. Ciutat, arquitectura i espai escènic’, premiado por su “enfoque interdisciplinario”, dictaminó el jurado. El estudio de Guillem Aloy Bibiloni entronca en cierto modo con la política de nuevas-viejas infraestructuras culturales que está llevando a cabo el Ajuntament de Palma. La recuperación de inmuebles para dotarlos de contenido cultural. Tanto Carrió como el alcalde Antoni Noguera hicieron un recorrido de los proyectos culturales que se iban a llevar a cabo o que ya han culminado ocupando edificios en desuso: la reconversión prisión antigua de Palma, la fábrica textil de Can Ribes, las torres del Temple o la torre del Homenaje del Castell de Bellver, que vienen a cerrar heridas traumáticas de la ciudad”, como señaló Carrió, en referencia a la exposición que recupera la memoria de los encarcelados durante la Guerra Civil.
Otro espacio recuperado, después de seis años de polvo y obras, también fue objeto del premio Guillem Sagrera de Arquitectura. La rehabilitación integral del Casal Balaguer, ahora Can Balaguer, fue obra de Francisco Pizà, María José Duch, Eva Prays y Ricardo Flores. Una obra que se ha inaugurado recientemente y que pone de relieve la magnificencia de uno de los edificios más soberbios de la ciudad.
Bel Fullana, ganadora del premio Antoni Gelabert de Artes Visuales, se ganó además al público al demostrar su frescura sobre el escenario: “Quiero dar lar gracias a mi novio, que vive conmigo, y que aguanta el olor del aguarrás”. Entrañable y tan brillante como su obra.
El premio de Cómic, por su parte, fue para Andrés G. Leiva, por ‘Uno de esos días’, que viaja hasta la década de los 80 con una visión nostálgica con toques de realismo mágico. Y el momento más curioso de la noche fue para el premio Bonet de Sant Pere de Música a la mejor grabación musical. El álbum Folk Souvenir, de Joana Gomila, con la discográfica Bubota Discos, lleva sin complejos una mezcla de modernidad con tintes tradicionales. Joan Cabot lo recogió en nombre de Gomila que en ese mismo momento estaba representando Las Muchísimas con Mariantònia Oliver. Un mensaje de voz de Whatshapp al lado del micrófono esgrimió el eterno agradecimiento de la cantante y su equipo.
El premio Joan Alcover de Poesía fue para Carles M. Sanuy Bescós, de Balaguer, por ‘L’ordre de les coses’. También de Balaguer era el ganador del Llorenç Villalonga de Novela, con Francesc Puigpelat por ‘L’amant de Rebis’. El primero agradeció “el buen criterio que ha tenido el jurado”, lo que despertó las risas del público, y tuvo un recuerdo para los presos, exiliados y represaliados políticos.
Antoni Noguera acabó su discurso señalando que «Palma es una obra colectiva. Todo el mundo tiene alguna cosa que decir». La ciudad está llena de talento. Otra cosa es que sus ciudadanos puedan dedicarse al arte y la cultura tanto como quisieran si llegar a final de mes es toda una proeza.