Ayer me dieron la noticia de que mi primo va a tener su primer hijo con 39 años. Hace un año, el hermano de mi mujer, también con esa misma edad, tuvo a sus mellizas. Hace un tiempo, no demasiado lejano, quizás solo con el paso de una generación serian unos padres mayores, pero ahora las cosas han cambiado, las familias se crean tarde, por miedo a perder una estabilidad, a no poseer una economia ampliamente sostenible o porque no se encuentra a la pareja ideal para este acto de amor que es tener un hijo, distintos factores que con mis dotes de sociólogo cuñadista desconozco.
El reloj biológico no parece ser una preocupación para algunas estrellas de Hollywood. Mientras que la mayoría de nosotros nos esforzamos por establecer nuestras carreras y encontrar una estabilidad económica antes de sumergirnos en la paternidad, hay aquellos que deciden desafiar todas las probabilidades y tener hijos en una etapa avanzada de la vida. ¡Y no me refiero a tener hijos a los 40 años, no señor! Estamos hablando de desafiar las leyes de la naturaleza y convertirse en padre a una edad en la que muchos ya están disfrutando de la jubilación.
El último en unirse a este club exclusivo de padres maduros es el legendario Al Pacino, quien recientemente dio la bienvenida a su cuarto hijo a la tierna edad de 83 años. Sí, has oído bien, 83 años. No puedo evitar preguntarme si este nuevo paquete de alegría llegó con una tarjeta de descuento para la residencia de ancianos más cercana. Pero Al no está solo en este viaje sorprendente. Su compañero de profesión y amigo, Robert De Niro, también decidió embarcarse en la paternidad tardía y recibió a su séptimo hijo a los 79 años. Parece que estos actores de renombre han encontrado el elixir de la juventud, aunque solo sea en la sala de partos.
La tendencia de tener hijos a una edad más avanzada no se limita a las estrellas de cine. En la vida cotidiana, cada vez es más común escuchar sobre padres que deciden esperar hasta una etapa avanzada de la vida para formar una familia. Tal vez sea por miedo a perder su estabilidad o por el deseo de tener una economía ampliamente sostenible en caprichos, pero lo cierto es que las familias ahora se crean tarde.
Sin embargo, esta elección no está exenta de desafíos. Si bien es cierto que los padres de edad avanzada a menudo tienen una posición económica más sólida, lo que les permite brindar un mayor respaldo financiero a sus hijos, también deben enfrentar algunas dificultades. Es más probable que se jubilen casi al mismo tiempo que sus hijos se dirigen a la universidad, lo que significa que pueden encontrarse en la tentación de utilizar sus ahorros de jubilación para cubrir los costos educativos. A menos que hayan previsto específicamente esta situación cuando eran más jóvenes, podrían enfrentar problemas financieros en el futuro.
Entonces, ¿cuál es la moraleja de esta historia? Cuanto más avanza en edad uno decide tener hijos, menos tiempo tiene para realizar ajustes en sus ahorros y pagar deudas. Es un juego peligroso, donde las preocupaciones económicas y los pañales se mezclan en un torbellino de eventos inesperados. Tal vez sea hora de que Hollywood nos brinde una nueva película: «Los Padres Geriátricos», donde los héroes luchan contra la falta de sueño y los retiros prematuros mientras intentan criar a sus hijos en medio de recetas para la presión arterial alta y biberones nocturnos.
En última instancia, la decisión de tener hijos a una edad avanzada es personal y única para cada individuo. Pero, por el bien de la próxima generación, esperemos que estos padres famosos estén dispuestos a pasar por los altibajos de la crianza de los hijos y que sus cuentas de jubilación no terminen financiando la fiesta de graduación de sus retoños. Mientras tanto, el resto de nosotros seguiremos lidiando con nuestras propias deudas y tratando de llegar a fin de mes sin necesitar una silla de ruedas para empujar el carrito del bebé.