No puede decirse que la zanahoria y el queso suenen como los ingredientes perfectos para una tarta, sin embargo, todos los que hayan probado la tarta de zanahoria en alguna ocasión saben que funcionan juntos a las mil maravillas. El origen del uso de estos ingredientes para elaborar dulces no está muy claro, parece que se popularizó durante la época de escasez y racionamiento de la II Guerra Mundial en Gran Bretaña, años en los que el azúcar era un ingrediente muy escaso y caro, por ello en la elaboración de algunos dulces lo sustituyeron por un vegetal como la zanahoria, con una capacidad edulcorante muy alta, logrando un bizcocho dulce, bastante húmedo y sin mucho sabor a zanahoria. Lo de hacerlo en capas, añadirle frostings y rellenos ya vino después.
TOPPINGS
La verdad es que no existe una única receta para elaborar una carrot cake, le podemos añadir nueces, pistachos, piña, piñones o naranja con mucho frosting de queso o una crema más bien ligera… pero lo que seguro encontrarás en casi todas, son estas tres especias: canela, jengibre y nuez moscada. El principal secreto de una tarta de zanahoria está en el sutil equilibrio de este trío de especias, porque le dan bastante sabor y si nos pasamos con alguna, no digamos ya con el jengibre, podemos cargarnos el bizcocho.