Durante la copa de Navidad en el Teatro Principal, Llorenç Galmés agradeció la labor de los medios y les animó a mantener el rigor y la independencia. En un contexto de inteligencia artificial y noticias falsas, el líder insular reivindicó la necesidad de un periodismo comprometido con la verdad.
EL TEATRO PRINCIPAL, ESCENARIO DE UN BRINDIS CON SENTIDO
En un momento en que los titulares compiten con los algoritmos y las redes sociales dictan lo que “merece” ser contado, Llorenç Galmés detuvo el reloj informativo para rendir homenaje al oficio más necesario en democracia: el periodismo.
La tradicional copa de Navidad del Consell de Mallorca, celebrada este jueves en el Teatro Principal de Palma, reunió a periodistas, consellers y portavoces de todos los colores políticos, pero el protagonismo fue para quienes, día a día, relatan la realidad insular sin filtros.

UN AGRADECIMIENTO CON CARGA DE FUTURO
El presidente no se limitó al brindis
Con un tono más reflexivo que ceremonial, Galmés subrayó el papel esencial de los medios para informar a la ciudadanía sobre la actualidad del Consell. Pero también lanzó un mensaje con vocación de continuidad:
«Os animo a seguir trabajando con rigor, pluralidad, espíritu crítico e independencia», dijo mirando directamente a los reporteros presentes.
PERIODISMO VS. INTELIGENCIA ARTIFICIAL: LA BATALLA POR LA VERDAD

Una llamada contra la desinformación
Lejos de los discursos vacíos de fin de año, el líder del Consell fue claro:
«En tiempos de inteligencia artificial, prisa y noticias falsas, el periodismo riguroso es más necesario que nunca».
Sus palabras, lejos de sonar a protocolo, resonaron como una defensa explícita del oficio informativo, precisamente cuando más amenazado se encuentra por la sobreinformación y la manipulación digital.
¿QUÉ SIGNIFICA TODO ESTO PARA EL FUTURO?
En la era de los deepfakes y los titulares hechos por máquinas, la confianza se convierte en el mayor capital del periodismo. Y esa confianza no se hereda ni se compra: se gana cada día, con preguntas incómodas y hechos verificados.
El mensaje de Galmés puede entenderse como un gesto institucional, pero también como una declaración de principios. Porque sin periodismo libre, no hay democracia fuerte.







