Lo primero es darte la enhorabuena por la nominación en los MEM Awards…
Muchas gracias. La verdad es que habéis tenido una gran iniciativa, que creo que era necesaria para poner en valor la escena de nuestra isla. Además, reunir a tantos artistas de diferentes épocas en un lugar tan emblemático como el Teatre Xesc Forteza la hizo más especial.
Estoy seguro de que, con el paso de los años, los MEM Awards irán mejorando y creciendo.
– ¿Cómo nació tu relación con la música?
Supongo que será cuestión del ADN. Por una parte, mi padre fue el cantante de un grupo, Los Pops, que en su momento compartía protagonismo con Los Javaloyas. Por otra, mi madre fue la primera gogó de Mallorca empezando en Tito’s, De hecho, tengo en mi estudio enmarcado que un artículo que se titula «Ha nacido una nueva profesión: gogó dancer» dedicado a ella. En aquellos años, no había deejays. Así, bailaban con la música de las bandas. Era la época «yeyé».
Recuerdo que, en mi comunión, me regalaron una guitarra eléctrica. Yo tendría unos 10 años. Luego, además de ir a clase incluso de flamenco, formé parte de varias bandas de rock y, sobre todo, de punk.


– ¿Y cuándo cambias la guitarra por los platos?
Llegó un momento en el que no me encontraba cómodo en un grupo, puesto que siempre tienes que estar pendiente de la gente. Entonces, me fui, poco a poco, adentrando en la música electrónica.
A los 17 años me compré unos platos Technics, que todavía conservo. Me acuerdo de pasarme, horas y horas, escuchando vinilos, sobre todo de techno, en Discos Oh! (risas).
– ¿Recuerdas tu primer bolo?
Por supuesto. Fue en el Miniclub, una de las tres salas que formaban el complejo Broadway, en 1999. Compartía cabina con Tato y Fernando Cerviño. La verdad es que fue una noche bastante intensa para empezar (risas), sobre todo teniendo en cuenta que mi experiencia se limitaba a eventos privados.
Es curioso, pero han pasado más de dos décadas y sigue sin gustarme el nombre de deejay. Incluso, cuando voy a una sala me presento como «el que viene a poner música«. Supongo que es por el intrusismo que sufre la profesión. Y es que, lamentablemente, hoy en día te puedes convertir en «discjockey» en tan solo 10 minutos, el tiempo que tardas en decidirlo, comprarte una controladora y enchufarla.

– ¿Cuándo consideras que cambió tu carrera?
Si te soy sincero, hubo más de un momento en que pensaba que no podía ganarme la vida con la música electrónica. Desde que empecé, siempre he pinchado si bien antes lo hacía compaginándolo con otros trabajos, puesto que también soy técnico de sonido.
Creo que un punto de inflexión fue en Emiratos Árabes Unidos, donde estuve currando nueve años y para Pachá Ibiza Dubai, lo que me permitió pinchar en países como Islas Mauricio o Hong Kong.
Antes, trabajé en la compañía de danza Carmen Mota en un circo de Suiza y también en Ibiza. Todas esas experiencias fueron muy positivas, que, de una manera u otra, me empujaron a dar el paso.
En 2017 regresé a Mallorca con las pilas cargadas y con mucha moral, puesto que mis producciones las pinchaban artistas muy reconocidos. Eso, como es normal, al principio de hace mucha ilusión y te motiva.
– Háblanos de tu faceta como productor…
Empecé con un PC, sin muchas pretensiones y grabando mis pruebas en cintas para enseñarlas a mis amigos. Ten en cuenta, que por entonces no había ni plataformas ni redes sociales, por lo que era muy difícil darte a conocer.
Ya por entonces, intentaba buscar y adaptar conceptos de diferentes estilos. Producir es la mejor manera que tengo para expresarme artísticamente si bien, en la actualidad, la música es efímera. Tanto, que ya no existen los clásicos.
Creo que, en muchas ocasiones, el trabajo de productor pasa desapercibido o, sencillamente, es poco valorado.
– ¿Sigues algún proceso a la hora de producir?
En mi caso, desde que me levanto voy apuntando las ideas que se me ocurren. He llegado a tener una carpeta con más de 1500 ideas (risas). Es una búsqueda constante, que me sale de manera natural.
En total, calculo que tendré unas 200 producciones. He sacado música para sellos como Defected Records, 2020vision o Robsoul, entre otros.
Ahora estoy trabajando en mis nuevas producciones y un nuevo proyecto con Paco Colombás que pronto verá la luz.

– Cambiando tema… Cuéntame alguna anécdota…
Me pillas un poco denso (risas). Así, a bote pronto, se me ocurre la vez que compartí cabina con Kenny ‘Dope’ González, de Masters At Work, y Bassement Jaxx en un festival en Hong Kong. Al acabar, no pude resistirme de pedirle a los segundos como habían hecho el mítico “Fly Life”. ¡Y me lo contaron! (risas)
Otra sería el nombre con el que empecé a pinchar, que era “Mel”. Imagínate el cachondeo, puesto que era la época de las Spice Girls (risas). Luego, al empezar a producir, lo cambié por Melohman, un nombre que se ajusta a mi personalidad melómana.
– Por cierto, ¿Cuál ha sido la fiesta de tu vida?
Hace poco, en BCM, disfruté mucho. Sin duda, fue una gran experiencia y ya tengo ganas de volver. Pero bueno, yo soy más de club pequeño. Y, si puede ser, rodeado por mis amigos. En ese momento, es cuando creo que doy mi mejor versión.
– Vamos acabando… ¿Cómo ves la escena local?
No quiero quedar como un ‘hater’ ni desmerecer a nadie, pero me gustaría que hubiera más filtro en las cabinas. Es decir, que no pinche cualquiera. No me malinterpretes. Creo que hay gente joven muy buena, pero considero que hay factores, como la psicología de pista, que solo se adquieren con experiencia.
– Por último… ¿Qué consejo le darías a alguien que está empezando?
Lo primero, que escuche mucha música y de diferentes estilos. Y tanto si es para empezar a pinchar o si es para producir, le diría que lo haga porque lo siente, no por seguir una moda.
También que tuviera mucha paciencia y, sobre todo, que estuviera preparado mentalmente para superar las frustraciones. Es un camino largo y hay que hacer mucha mili (risas).
FAST CHECK
- Un deejay: Motor City Drum Ensemble
- Un productor: Traumer
- Un tema: “Enjoy the silence” de Depeche Mode
- Un estilo que no sea electrónica: música brasileña
- Un club: Miniclub
- Un festival: Dekmantel
- Una comida: ‘trampó’
- Una bebida: agua
- Una película: ‘La vida de Bryan’ (Terry Jones, 1979)
- Una serie: ‘Dark’
- Un lugar para perderse: Formentera