En un encuentro presidido por la secretaria de Estado de Turismo, Rosana Murillo, la ausencia del ministro de Industria, Comercio y Turismo, Héctor Gómez, quien prefirió asistir a otro evento, revela cierta falta de prioridad en la agenda. Murillo, en su discurso, destacó la necesidad de un presupuesto específico de turismo para la Unión Europea y la revitalización de políticas comunes en el sector. Sin embargo, la falta de medidas concretas y la ausencia de un enfoque en la participación de la sociedad civil arrojan dudas sobre dichos objetivos.
Las conversaciones entre los ministros se centraron en la promoción de un turismo más sostenible y resiliente en los Estados miembros, así como en el papel de la Unión Europea en esta materia. Se ha hablado de la calidad del empleo, la formación y capacitación del personal, y la participación del sector como elementos clave para lograr la sostenibilidad social del turismo. Sin embargo, estas discusiones han carecido de un enfoque realista y concreto sobre cómo lograr estos objetivos en un entorno de turismo en constante crecimiento.
Lo más preocupante de esta cumbre ha sido la falta de inclusión de la sociedad civil en las discusiones. La exclusión de voces críticas y la ausencia de un diálogo genuino con los ciudadanos y las organizaciones interesadas plantean interrogantes sobre la transparencia y la eficacia de las políticas turísticas europeas. La negativa a dar cabida a estas voces críticas muestra una desconexión palpable entre los ministros y las preocupaciones reales de la sociedad.