Sharingful y la era de la fatiga por suscripción. Te enseñamos a ahorrar sin renunciar a nada

Empezó siendo el “solo 9,99 €/mes” de Spotify, luego vino Netflix, Disney+, Amazon Prime, el gimnasio online, la app para aprender idiomas, el almacenamiento en la nube, la newsletter premium de turno… y cuando te das cuenta, tu cuenta bancaria está manteniendo un pequeño ejército digital.

¿No tienes la sensación de que últimamente todo en internet es una suscripción?

Empezó siendo el “solo 9,99 €/mes” de Spotify, luego vino Netflix, Disney+, Amazon Prime, el gimnasio online, la app para aprender idiomas, el almacenamiento en la nube, la newsletter premium de turno… y cuando te das cuenta, tu cuenta bancaria está manteniendo un pequeño ejército digital.

Pero no te preocupes porque no estás solo. Lo que muchos expertos llaman ya fatiga por suscripción nos afecta a casi todos. Es esa mezcla de saturación y resignación cuando ves cargos mensuales que ni recuerdas haber aceptado. Según un estudio de Deloitte de 2024, cuatro de cada diez usuarios de streaming comparten o piensan compartir cuentas con otros hogares para ahorrar, una señal clara de que estamos buscando maneras más inteligentes de gestionar tanto gasto recurrente.

Y justo ahí, es donde entra en escena Sharingful.

Cuando tener “todo” se vuelve demasiado

Las suscripciones nacieron como una forma flexible y cómoda de acceder a servicios. Ya no tenías que comprar discos o DVDs, ni pagar grandes licencias. Pagabas un poquito cada mes, disfrutabas de todo, y si querías, te dabas de baja. La verdad es que hasta aquí, todo bien.

El problema es que ese “poquito” multiplicado por cinco, seis o siete servicios ya no es tan poquito. «Ya conoces aquello de que varios poquitos hacen un mucho» Para que nos hagamos una idea, según datos recogidos por el portal Magazine Startups, los hogares españoles gastan una media de unos 30 € al mes en plataformas digitales que apenas utilizan. Treinta euros que podrían convertirse fácilmente en una cena, una excursión o un par de libros.

Pero claro, también da pereza cancelar algo “por si acaso”. Lo que nos lleva a ese punto de saturación: demasiadas suscripciones, demasiado gasto, poca claridad.

La propuesta de Sharingful: comparte, ahorra y simplifica

Sharingful, es una plataforma española ideada precisamente para poner orden y ahorro en todo este caos digital. Su idea es simple, pero no por ello menos efectiva: compartir el coste de tus suscripciones de forma segura y organizada.

Sabemos que muchas plataformas ofrecen planes “familiares” o “multiusuario”, Netflix, Spotify, Disney+, Duolingo, Microsoft 365, Apple Music, y muchas más. Pero lo que hace Sharingful es actuar como intermediario confiable para que ese compartir no sea un lío.

Te lo explicamos con un sencillo ejemplo: piensa que tienes Disney+ Premium, que cuesta unos 15,99 €/mes. Puedes crear una “familia” en Sharingful, invitar a tres personas más y dividir el gasto. En vez de pagar los casi 16€, terminas pagando alrededor de 4 €. La plataforma se encarga del cobro y las renovaciones. Tú solo disfrutas del contenido.

Y si no eres tú quien tiene la cuenta, también puedes unirte a un grupo ya creado y pagar solo tu parte. Todo se gestiona desde el propio sistema, con pagos seguros y verificación de usuarios.

Nada de pasarse el IBAN por WhatsApp o hacer extrañas cuentas entre amigos.

¿Y esto es legal?

La respuesta es un rotundo sí. Sharingful no “hackea” ni modifica las plataformas originales. Lo que hace es facilitar el uso compartido dentro de los términos permitidos por cada servicio. Si un plan familiar permite cuatro usuarios, cada uno en su propio perfil, Sharingful se asegura de que se cumpla eso.

Evidentemente, hay plataformas que últimamente han endurecido sus políticas, como Netflix o Disney+, que ahora limitan el uso a “miembros del mismo hogar”. Pero hay otras muchas que siguen siendo flexibles o que simplemente no verifican ubicación. Sharingful ofrece información clara sobre qué servicios son aptos para compartir y en qué condiciones.

Dicho de otro modo, no se trata de ninguna “trampa”, sino una optimización legal y colaborativa.

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Fuente: Pexels

Comunidad y ahorro

Más allá del ahorro (que puede llegar hasta el 70 % según datos de la propia empresa), lo interesante de Sharingful es la idea de comunidad.

Es innegable que vivimos en una época donde cada euro cuenta y, al mismo tiempo, todos queremos acceder a buenos contenidos y herramientas digitales.

Compartir ya no es solo un gesto entre amigos, resulta una manera moderna de consumir de forma más consciente y sostenible. Igual que compartimos coche o alquilamos alojamiento entre varios, ¿por qué no compartir una suscripción digital?

Además, el proceso es bastante transparente:

  • Puedes ver cuántos miembros tiene cada grupo.
  • Los pagos son automáticos.
  • Si alguien se va, el sistema busca nuevos miembros.

Es una mezcla de economía colaborativa y tecnología que encaja perfectamente con la mentalidad actual de “pagar por lo que uso y nada más”.

La fatiga por suscripción vista desde otra perspectiva

Más allá del gasto, lo que cansa realmente no es el dinero, sino la gestión. Recibos que llegan de distintos servicios, contraseñas por todos lados, correos recordatorios, subidas de precio silenciosas… Es como si tuvieras una pequeña empresa de entretenimiento que manejar cada mes.

Sharingful simplifica eso también. Si concentras varias de tus suscripciones compartidas en una sola plataforma, lograrás visualizar mejor qué pagas, cuánto usas y si realmente merece la pena seguir.

En cierta forma, se trata de recuperar el control. Porque aunque, tener acceso a todo está genial, sentirse dueño de lo que pagas lo está todavía más.

Como puedes observar después de lo hasta aquí escrito, el futuro del consumo digital no consiste en tener más servicios, sino en usarlos de forma más inteligente. Sharingful encaja perfectamente en esta nueva lógica: la de aprovechar lo que ya existe, compartir de forma segura y disfrutar sin sentir que tiras el dinero.