En el Hotel Saratoga tras su vestíbulo en una pequeña sala, entre sus paredes forradas de madera, aparecen los dibujos de Joaquín Zapata dando un toque de cultura pictórica al espacio ahora vacío.
Joaquín Zapata nació en Palma, es hermano del conocido artista Domingo Zapata. Pintar ha sido una constante en su vida hasta que en la universidad cambió los trazos por las palabras: es licenciado en Ciencias de la Comunicación. Tras unos años en el mundo de las finanzas en Estados Unidos, vuelve a retomar la pintura durante el confinamiento con una perspectiva digital.
Joaquín habla con pasión sobre cualquier cosa: la familia, los primeros en animarle a exponer, su vida en Chicago y Nueva York, o los bosques y grandes extensiones de América, pero desde el brillo de sus ojos expresa la felicidad de enseñar y explicar sus cuadros con dos temas fundamentales, la danza y la tauromaquia. “Me gusta la liturgia de las dos artes, la preparación, las poses, el color…”.Es un artista que, como dice él, aún le queda mucho que explorar. Y eso que pinta sobre un iPad e intenta sobre un solo trazo imprimir de carácter, belleza y fuerza sus creaciones basadas en aspectos muy sencillos y minimalistas. Podrán visitar su exposición Trazos hasta el 29 de enero.