Don Felipe y doña Letizia acudieron este domingo por la mañana, con la princesa Leonor y la infanta Sofía, al museo Can Prunera de Sóller, una visita cultural y de recreo al noroeste de la costa de Mallorca. Los vecinos les han saludado y los reyes se han parado a darles la mano.
La llegada de los Reyes y sus hijas al municipio mallorquín generó mucha expectación entre los transeúntes de Sóller, que se percataron de la presencia de la Familia Real cuando les vieron pasear por la localidad. Don Felipe iba de la mano de su primogénita, mientras que doña Letizia cogía de la mano a Sofía.
Ya en la exposición, la Reina hizo gala de su olfato periodístico y se mostró entusiasmada por el vídeo de la muestra con escenas cotidianas de la vida de los pintores que vieron desde un banquito de la sala. Doña Letizia preguntó sobre las imágenes de la cinta, la relación entre ambos artistas y también se interesó por quién grabó la filmación y en un momento dijo ¡qué maravilla!, refiriéndose al documento gráfico que acababan de ver. En Can Prunera, los Reyes y sus pequeñas han conocido la nostalgia que sentía Picasso de España, especialmente echaba de menos la comida española que tomaba en Francis.
La reina llevaba vestido blanco veraniego sin mangas. El rey iba también informal. Camisa y pantalón azul, zapatos oscuros. Sus hijas, de blanco como su madre, lucían en los píes las míticas sandalias menorquinas.
‘Pablo Picasso y Joan Miró, historia de una amistad’ trata de una exposición de carácter intimista e inédita que revela algunas de las curiosidades que unieron a Picassó y Miró cuando se conocieron en París, a pesar de los doce años de edad que los separaban.
En la exposición se encuentran objetos personales, obras gráfica, cartas, cerámicas y otros elementos que reflejan la amistad de estos dos artistas que, como se explica en el catálogo de la exposición, «eran completamente distintos como personas y como creadores plásticos».
Can Prunera es un museo ubicado en una antigua casa de estilo modernista construida a comienzos del siglo XX.
Era la época en la que los nativos de Sóller que se habían trasladado al sur de Francia a partir de 1865 y habían tenido éxito en sus nuevos negocios, volvían al pueblo de la Serra Tramuntana y construían grandes casas con el fin de demostrar su nueva posición.
Can Prunera fue una de esas casas, construida por Joan Magraner, de sobrenombre Joan Prunera, que recientemente fue adquirida y restaurada por un grupo de empresarios de Sóller que la han convertido en un museo y, a la vez, en signo de identidad de la localidad.
Esta visita ha sido un acto extraoficial y la segunda vez que se ha podido ver en público a los Reyes con sus hijas, después del posado oficial que se celebró el pasado lunes en el Palacio de Marivent.