El tema del «amor verdadero» creo que ha sido el que más páginas ha llenado de la literatura contemporánea, por no hablar de las canciones donde se exagera y se mitifica todo aquello que debería significar un amor puro y real. Ya lo cantaba el grupo musical La Oreja de Van Gogh: «El amor verdadero es tan solo el primero, los demás solo son para olvidar». De esta manera ponía énfasis en que solo hay un amor en tu vida, y en que los demás amores que vengan no tendrán tanta importancia o que no seremos capaces de amar con tanta intensidad. También la banda musical Maná cantaba «El verdadero amor perdona, no abandona, no se quiebra», donde vuelve el mito en el que el amor todo lo puede y debe perdonar, aunque haya engaños o traición como sugiere la canción.
Las canciones o las películas, nuestra cultura, y nuestros prejuicios sobre el amor puede que no ayuden a saber si realmente estamos viviendo un amor romántico o uno verdadero. La diferencia es que uno está basado en la ilusión, en lo comúnmente establecido y normalmente efímero; y el otro, el amor verdadero, está basado en un amor realista y más sereno. A continuación mencionaré tres aspectos importantes que ha de aportar un amor verdadero, o lo que es lo mismo, una relación «sana»: tranquilidad, implicación y respeto.