Con cuarenta grados cayendo sobre nuestras cabezas y una humedad con tasas escandalosas, resulta complicado estar elegante. Es más, resulta una heroicidad mantenerse con las constantes vitales en funcionamiento sin perder la dignidad. Pero sí, los hubo elegantes y acertados en la recepción de los Reyes de España a La Sociedad Balear en el Palau de la Almudaina.
Mientras hacían el paseo al interior de la Almudaina, los periodistas apostados bajo el chorreante calor de agosto hicieron sus propias quinielas. El mejor vestido de la noche, el de la mujer de Joan Mesquida, concejal de Urbanismo de Calvià: sencillo, llamativo, de un rojo soberbio y con unos volantes estratégicos. La falda lápiz le sienta como un guante y la percha ayuda.

También llevaba falda lápiz la reina, que se decantó por un vestido floral bordado al igual que un mantón de Manila. Coincidió con la reina Sofía, con un vestido largo de estampado igualmente floral. La de la reina emérita era una opción más relajada, como parece ella. En la Reina Letizia había esa rigidez habitual en ella. No descuida ni un solo gesto, sonríe adecuadamente (ni mucho ni poco) y sus gestos son escasos pero siempre quedan bien en la foto. El vestido cumplía con creces su cometido. Era bonito, le sentaba bien y además era tan español como un mantón.
La otra opción preferida de las invitadas baleares fue la falda de vuelo estilo años 50, elegida por Rosa Regí, de Clínica Rotger, o la popular Margalida Prohens. Un estilo clásico que casi nunca falla. Cuentan que el dress code exigido para la Audiencia a La Sociedad Balear era el vestido corto. Sin embargo, Francina Armengol apareció con uno largo, mientras que la consellera Pilar Costa optó por los pantalones, al igual que la deportista Alba Torrens o Rosa Estaràs. Ojo: hubo osadas que se calzaron incluso los botines. A cuarenta grados a las ocho de la tarde.
Hubo moda balear representada: la diseñadora de joyas Isabel Guarch, Tolo Crespí, Pablo Erroz y el reciente ganador del certamen de moda Art Jove Pau Aulí, que la noche de antes se había hecho con el premio. Letizia colocaba en su look un detalle de moda balear, llevaba pendientes de la diseñadora mallorquina Helena Nicolau. La reina Sofía hizo lo propio con un colgante de cruces mallorquinas de Guarch. Pero ojo, igual no hay que descartar el look balear en Letizia. Marta Díaz Pascual, consellera d’Interior de Eivissa, lució vestido de Charo Ruiz y joyas de Elisa Pomar. Y ojo que Díaz Pascual aprovechó el momento del piscolabis (con firma de Macarena de Castro) para convencer a la reina Letizia de moda ibicenca.
Los hombres, por exigencias del guión, se calzaron la americana. Con mucho sentido común, los hubo que optaron por quitarse la corbata, caso del alcalde Antoni Noguera, el director de cine Toni Bestard (de negro total) o el artista Joan Pinya. El chef Andreu Genestra, por su parte, apareció con pajarita. Se echó de menos a Podemos en la recepción. La gente quería más del look que lució Balti Picornell en su encuentro con el rey, tras el cual ganó muchos adeptos. Arreglado pero informal y con su característica melena y barba a lo Jesucristo.
Entre los periodistas que esperábamos apostados del desfile de La Sociedad Balear hubo ovaciones y aplausos para los camareros que traían vasos de agua con hielo. Durante el encuentro hubo ejemplos de que se puede estar elegante a temperaturas extremas. Y que nos conste, no se desmayó nadie. Quizá se deba a que los baleares están mutando, preparándose para el cambio climático. El verano ya está aquí, para siempre.