En su discurso de agradecimiento ya dejo claro que había captado a la perfección el carácter mallorquín y su jerga. Tanto fue así, que muchos de los invitados habituales a la cita, aseguraron que había sido el mejor speech hasta el momento. Carolina Cerezuela (Alicante, 1980) recibió ayer el premio Mallorquín de Verano, por su promoción de la isla y su amor manifiesto por una Mallorca que es ya “un cachito de mi vida, mi hogar”.
La octava edición de estos premios se celebró, como siempre, en el GPRO Valparaíso Palace & Spa, con su director, Toni Ferrer, ejerciendo de perfecto anfitrión. Junto a él, Tommy Ferragut, organizador, y el resto de colaboradores como Mar Aldeguer, de la fabrica Gordiola, diseñadora del hacer el trofeo -una palmera de cristal-; Laura Calvo, de Flor de Sal d’Es Trenc; Tiffany Blackman, de Aubocassa o Don Telas. El menú, obra del chef Carlos Botella.