Aldo Comas transforma el Kimpton Aysla Mallorca en un jardín sensorial de arte y memoria

El Hotel Kimpton Aysla Mallorca y Aldo Comas dan vida a un espacio donde la naturaleza habla, la memoria respira y el lujo se transforma en experiencia sensorial

Si algo le faltaba a la isla era esto: un hotel que no solo ofrece lujo y diseño, sino una apuesta radical por el arte como forma de vida. El Hotel Kimpton Aysla Mallorca, enclavado en Santa Ponsa, ha decidido dejar atrás la simple hospitalidad para dar un paso más allá y convertirse en algo parecido a un organismo vivo. No es exageración. Desde el 18 de julio, sus pasillos, rincones y salas respiran, vibran y se retuercen al ritmo de la nueva exposición de Aldo Comas, una figura esencial del arte contemporáneo español.

Y no se trata de una muestra cualquiera. Bajo el paraguas del concepto SCAPE THE ORDINARY, ideado por Martina Benvenutto y producido por Multidisciplinary Creative, el hotel inaugura un ciclo de experiencias culturales que fusionan arte, gastronomía y hospitalidad de vanguardia. Una apuesta de largo recorrido que convierte este cinco estrellas en algo más que un destino: lo convierte en una conversación.

Naturaleza que no adorna, sino que habla

Lo que propone Comas en esta muestra es una inmersión sensorial, un recorrido emocional que no se limita a colgar cuadros, sino que habita los espacios. Como él mismo dice, “el arte debe vivir en los lugares, no colgarse como adorno”. Y eso es exactamente lo que hace: instala organismos vivos —vegetales, mutantes, casi orgánicos— que respiran con los visitantes, desafiando la pasividad del espectador. Aquí no se viene a mirar, se viene a sentir.

En cada trazo hay historia, y en cada color, memoria. Su obra está marcada por una conexión profunda con la tierra, una herencia que viene de lejos y de cerca: su abuela, Pilar Colón Hueso, fue quien sembró en él esa sensibilidad estética que hoy explota en sus lienzos.

Pero lo más potente de esta propuesta es cómo la naturaleza deja de ser fondo y se convierte en lenguaje. No hay paisaje decorativo, hay biología emocional. Lo vegetal no es estático: se retuerce, se enraíza en las paredes del hotel, establece un diálogo sutil pero poderoso con quien lo contempla.

Un evento que huele a futuro

La inauguración, celebrada ayer, 17 de julio en formato de cena privada, reunió a nombres clave del arte, el diseño, la cultura y la alta gastronomía. Allí estuvieron, entre otros, la actriz Macarena Gómez, pareja del artista, junto a personalidades como María Juan de Semenyat, Francina Galmes, Pedro Cerón, Alex Ceball, y muchos más.

Este no fue un evento social más: fue una declaración de intenciones. El Kimpton Aysla Mallorca no solo quiere hospedar a viajeros, quiere provocar encuentros, activar pensamientos, generar experiencias memorables. Así lo explicó su director general, Alejandro Bautista Gómez, con una claridad que no deja lugar a dudas: “Creemos en un modelo de hospitalidad donde el arte no es un añadido, sino una forma de conectar con el entorno y con las personas”.

El arte como huésped permanente

Desde el 18 de julio, la exposición está abierta a todos: huéspedes, visitantes, curiosos, isleños y forasteros. Nadie se queda fuera de este viaje que inaugura un nuevo ciclo para el hotel, ahora convertido en un espacio vivo, casi palpitante. No es una simple muestra de arte: es una nueva forma de estar en el mundo.

Y aquí está la clave de todo: esta activación cultural es solo el comienzo. Lo que viene es una serie de propuestas que entrelazan creación artística, gastronomía de autor y experiencias de lujo emocional. No hablamos de un hotel, hablamos de un organismo curado con inteligencia y sensibilidad, pensado para quienes buscan algo más que una habitación bonita.