Chispas mágicas

La Fundació Miró Mallorca presenta la exposición ‘La Chispa Mágica’, como parte de la gran exposición ‘Paysage Miró’ dedicada al artista catalán Joan Miró en los principales centros expositivos de la ciudad de Palma. Comisariada por la historiadora del arte y directora de la institución Antònia Maria Perelló, la muestra es quizá una de las más íntimas de su universo, rodeada de un entorno privilegiado y vistas al mar, tan inspirador como las propias piezas presentadas.

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Y es que es el propio artista quien acuña el término “chispa mágica”, al referirse a las cosas que se va encontrando en su caminar por la vida, que le sirven de inspiración para reinterpretarlas en dibujos, grabados, cerámicas, piezas textiles o esculturas. En su proceso, cualquier cosa que llame su atención le sirve para crear, que va coleccionando sobre estantes o colgando de los muros. Miró lo atribuye a un “divino azar”.

Es así como Joan Miró entabla una relación entre su obra y los objetos, también con documentos, imágenes, sonidos, formas y colores, con los que va bailando y jugando como un niño que encuentra algo insignificante tirado por ahí, un nuevo descubrimiento que transforma en un tesoro que guarda con celosía y que luego transforma y reinterpreta en los más diversos soportes.

Es de esta manera, a través de estos tesoros, Miró va creando las atmósferas de sus espacios interiores repletos de curiosidades. Los espacios exteriores tampoco se salvan de su particular coleccionismo, donde va acumulando herramientas o enseres propios de los trabajos de campo. Desde esos tesoros y su observación, da rienda suelta a la creación, ejecutando obras, algunas de tamaños colosales. 

En el recorrido encontramos gran cantidad de recortes de periódicos, postales e imágenes colgadas de las paredes, estanterías con siurells (figuras de la tradición popular mallorquina), utensilios de trabajo, recipientes, figuritas de todo tipo, piedras y ramitas, máscaras micénicas, ídolos mesopotámicos, iconografías procedentes de la publicidad y la televisión. Vamos, que a Miró le sirve todo. Y suma y sigue. Figuritas artesanales, juguetes de niño, objetos exóticos, productos manufacturados, piedras, maderas, conchas de caracol.

En esta acumulación de objetos Miró actúa por mero instinto, espontáneo, dejando que el azar actúe a sus anchas. El artista también se vale como inspiración de la obra de amigos artistas, de lugares, libros y poemas, melodías, las estrellas y los animales. Todo lo traslada a su universo personal y creativo. 

La exposición incluye, además de pinturas y esculturas acompañados de los objetos que las han inspirado, una selección de obras de otros artistas cercanos a Miró: Vassily Kandinsky, Paul Klee, Alexander Calder, Alberto Sánchez, Pablo Picasso, Fernand Léger, Josep Llorens Artigas, Alberto Giacometti, Georges Braque, Robert Motherwell, Hans Spinner y Miquel Barceló proveniente de colecciones privadas, de la Fundación Miró de Barcelona, su homóloga mallorquina, el museo Es Baluard, el MACBA de Barcelona y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. 

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Aparte de esta magnífica reunión de obras plásticas de algunos de los artistas más prolíficos de la historia del arte universal, el espectador podrá disfrutar de más de 250 objetos y documentos procedentes del Taller Sert, Son Boter y la casa de Son Abrines, conservados en las colecciones y archivos de la Fundació Pilar i Joan Miró Mallorca, Successió Miró, la Fundació Mas Miró de Mont-roig y prestadores particulares. 

Esta propuesta es doblemente atrayente por su ubicación, donde el visitante, además de poder emocionarse, puede recorrer además los dos talleres de Joan Miró (Son Boter y el Taller Sert, ideado por el arquitecto y amigo personal del creador, Josep Lluís Sert). En ellos el espectador puede zambullirse en los espacios íntimos del artista, apreciar sus peculiares colecciones y entender más su imaginario, deslumbrante. Una cita imprescindible.