En un emotivo y significativo evento que reunió a destacadas personalidades políticas y culturales de Baleares, la Reina Sofía fue honrada con la Medalla de Oro de Baleares, consolidando aún más su vínculo especial con la isla de Mallorca. Desde hace décadas, Mallorca ha sido un refugio para la realeza española, especialmente para la madre del actual monarca, Felipe VI, quien ha encontrado en esta tierra un hogar lejos de Madrid.













El acto, que tuvo lugar en el emblemático edificio de la Lonja en Palma, fue testigo de la profunda emoción de doña Sofía al recibir este prestigioso galardón. Ataviada con un impecable traje rojo, un gesto simbólico que resonó con los colores de la bandera balear, la Reina expresó su agradecimiento por el reconocimiento recibido. Con pedrería en los puños y los laterales del pantalón, su elección de vestimenta no solo fue elegante, sino también un homenaje a la tierra que tanto ama.
En su discurso de aceptación, la Reina Sofía destacó la importancia personal que Mallorca ha tenido en su vida y en la de su familia real. Remontándose a 1973, cuando la Familia Real española pasó sus primeras vacaciones de verano en el Palacio de Marivent, doña Sofía recordó con cariño esos momentos que han marcado su relación con la isla. «He tenido el privilegio de disfrutar, durante más de medio siglo, que se dice pronto, de estas maravillosas islas y de sus gentes», expresó con gratitud.
La entrega de la Medalla de Oro estuvo precedida por una cálida bienvenida a la Reina por parte de las autoridades locales y una ovación al acceder a la sala donde se celebraba la ceremonia. La presidenta del Gobierno balear, Marga Prohens, quien tuvo el honor de entregar el galardón, destacó la conexión profunda de doña Sofía con la comunidad balear. «Por ser una mallorquina más, por esa estima, por su compromiso social con entidades de nuestras Islas, por ser anfitriona y embajadora de nuestras Islas en el mundo», afirmó Prohens, subrayando los motivos por los cuales la Reina merecía este reconocimiento.



















La ceremonia, que comenzó con puntualidad a las 19:00 horas, fue un evento lleno de momentos emotivos y culturales. Actuaciones musicales acompañaron la entrega de premios Ramon Llull, donde se reconoció el trabajo destacado de varios profesionales y entidades en diferentes campos. Entre los galardonados estuvieron figuras destacadas como el oncólogo Enric Benito, la ecóloga marina Beatriz Morales, el doctor en Ingeniería de Caminos José Antonio Fayas, la asociación Mater Misericordiae, la Menorca Talaiòtica, el museo Es Baluard, el sacerdote e historiador Joan Planells, la Galería Xavier Fiol, el músico Lorenzo Santamaria, el Mallorca Palma Futsal, las futbolistas Cata Coll y Mariona Caldentey, el diseñador Sebastián Pons. A título póstumo, el empresario Gabriel Sampol, la diplomada en magisterio Teresa Costa y la archivera y doctora María José Massot.
Además de celebrar los logros individuales, la entrega de la Medalla de Oro a la Reina Sofía sirvió como un recordatorio del profundo lazo que une a la corona española con la isla de Mallorca. En palabras de doña Sofía, Mallorca siempre será más que un destino de verano, será un hogar donde el corazón de la realeza española encontró un refugio cálido y acogedor.