El complejo cultural de Es Baluard se engarza en el discurso museológico conduciendo a nuevas interpretaciones a partir de piezas significativas –adquiridas por la propia Fundación– que aluden, precisamente, a la relación entre los paisajes interiores y los exteriores, lo doméstico y la intemperie, el ser social y la intimidad individual. Una ventana y una mirilla que les permiten seguir investigando en las líneas abiertas y profundizar en el análisis de los casos de estudio de los múltiples relatos de la historia del arte.
Atravesar las fronteras, las vallas, hacer los muros permeables. Una membrana porosa, la de un museo en una fortaleza. Más allá del white cube, una colección. El plan estratégico de Es Baluard 2018, incide en un modelo de museo cuya misión principal es responder por el valor del patrimonio artístico que custodia y debe transmitir a la sociedad.
Así, la institución pretende trascender las paredes del contenedor museístico para convertirse en un ente orgánico, transmisor y receptor de la evolución cultural de nuestro tiempo. La actual disposición de la Colección Permanente se potenciará con la inclusión y diálogo de las últimas incorporaciones de obras de arte, a las que se suman colaboraciones con artistas, coleccionistas y otras entidades con el denominador común del dentro-afuera.